La tercera palabra de Jesús, siendo crucificado
La tercera palabra de Jesús, siendo crucificado:
Mujer, ahí está tu hijo; Hijo, ahí está tu madre.La tercera palabra de Jesús, siendo crucificado:
Juan 19: 26-27.
En esta parte podemos notar algo muy interesante y es el sentimiento de Jesús hacia su madre, la que lo trajo al mundo humanamente por parte de lo que Dios hizo en ella, el apego de Jesús y lo que ella le representó lo llevó a dejar a uno de sus discípulos como su cuidador, alguien que tuvo que cuidarla, ya que la había visto sufrir mucho, por todo lo que estaba pasando.
Jesús sabía que esto tenía que suceder, María también lo sabía, pero el sentimiento de una madre es incomparable.
Y esta parte me toca mucho porque él la hizo entender que todo ya estaba
Listo y que tenía que irse, pero que este discípulo cuidaría de ella aquí en la tierra. Una de las cosas que siempre se ha dicho es que esta persona que Jesús dejó a cargo de su madre, es que éste era el discípulo amado de Jesús
y la razón de esto es que este discípulo siempre estaba apegado a él y es lo mismo que decimos de una persona cuando se bendice más que otra, la palabra que decimos es que Dios la tomó con esa persona porque leyó todo y es él
el error que cometemos siempre, ya que para Cristo no hay hijos favoritos, sencilla y claramente, cuanto más te acerques a Él, más conocimiento tendrás, más bendito serás, pero algo más, es más
Cosas de usted, para servirle de todo corazón y eso es lo que nadie ha puesto a analizar, ¿cuál fue o cómo fue la vida de este discípulo antes, que tanto creyó a Jesús y sabía tanto de él y más que esto según el libro de Juan; 18: 15, este discípulo fue bien conocidos por los sacerdotes y éste era el único que podía entrar cuando estaban juzgando a Jesús.
Una cosa que puedo decir es que Jesús nunca dijo a ninguno de sus discípulos, tú eres mi discípulo amado.
Solo tienes que ver la vida de este discípulo y su acercamiento a Jesús, que hemos dejado tanto y hemos buscado tanto de Jesús, para que pueda decir: Madre, allí está tu hijo; Hijo, ahí está tu madre.
Esto denota la confianza que Jesús tenía para esto que si lo vemos, era el único que era, en los momentos más difíciles de Cristo.
Cristo valora su dedicación y dedicación a él y recuerde como este discípulo, tú y yo podemos hacer la diferencia y que todo el mundo tiene es decir, que es el siervo o servidor favorito de Dios, sólo para su entrega, porque nunca verán sus procesos, sólo se centran en las bendiciones que Dios le dará después de pasar todo lo que Él quiere que dejemos
detrás.
Entonces tendremos el poder y la confianza de Jesús para estar a cargo de sus propósitos en la tierra.
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